jueves, 27 de diciembre de 2007

No al leopardo

Me encanta cuando Ana va y dice: "No, yo es que no uso perlas". Es como una declaración de intenciones, como uno de los principios que marcan su estilo y que deja caer cuando alguien le pregunta. Lo más gracioso es que el otro día me encontré una pulsera de perlas en su baño, y ella juró y perjuró que fue un regalo que tuvo que aceptar.

Se puede decir que a mi me pasa algo parecido con el Leopardo. Me encantaría hacer como Tita (la Cervera) y encadenarme a uno de esos animales para evitar que se use más su imagen en prendas horribles de ropa que a no se quien se le ocurrió poner de moda... Aunque sería bastante más peligroso.

Se que a estas alturas es muy difícil no tener algo de leopardo (lo más socorrido, las manoletinas), y que a muchas os gustará... Puede que sea manía pero el estampado animal nunca fue lo mío.

NO AL LEOPARDO (en la ropa, claro)!!!
Sólo quería dejar eso claro

domingo, 9 de diciembre de 2007

El regalo de Imaginarte

De una casi perfecta peli, Azuloscurocasinegro, sale esta perfecta canción. Hasta hace poco no supe quién la cantaba y después de verla por vigésima vez...decidí buscarla.
Imaginarte de Lantana es un regalo que no se puede dejar de escuchar. Es un lujo.
"Y me peleo porque dicen que... quien algo quiere algo le cuesta"

Palabras

¿Nunca has tenido la sensación de querer decir muchas cosas y no poder? ¿De que te encantaría hablar, por fin, de todo aquello que no sabes por qué nunca hablas con esa persona?


No se en qué momento la gente se hace daño y deja que los espacios invisibles que existen entre las personas se hagan más grandes. A veces no hay motivo, tan sólo, se hacen grandes... y otras puede que lo haya...pero cómo saberlo si aun queriendo no puedes hablar con él de todo eso que os aleja...


El orgullo es potente y doloroso. No existe un límite; quién dice cuando te pasas de orgulloso o cuál es el momento exacto para volver a hablar con esa persona sin que pienses: mierda, ya me estoy arrastrando... Quién mide el problema y dice "Hasta aquí tu orgullo... a partir de este punto es lo justo, no te harás daño".


En los últimos días me he encontrado con dos personas con las que no puedo hablar... y no se por qué, y duele.
Estas cosas solo pasan con la gente que significa algo para tí, o que lo ha hecho. Palabras presas en una boca que desea escupirlas. Impotencia de dejar cosas a medias; como la cobardía del que mucho tiene que aclarar y poco puede hacer con tus miradas. No quiero ser valiente (mi valiente), sólo quiero hablar. Hablar con los dos. Hablar y que me cuentes... ya no se lo que piensas y eres tú el que decidiste alejarte y ahora el espacio es enorme. No me has dado tiempo ni razones, no me has dado la posibilidad de acercarme... y si lo has hecho has decidido que era demasiado y ...para qué decir nada? La cobardía parte de tí, de tus ojos que me dicen todo lo que tu boca se calla.

Necesito que me cuentes... aunque todo se quede igual. No me vale tu actitud infantil. Mi orgullo a cambio de tu valentía, a cambio de explicaciones. Qué mínimo. No entiendo que me mires así y seas incapaz de decirme nada.. Me dueles. Me duelo.