domingo, 17 de agosto de 2008

Se trata de aprovechar...





Desde hace unos meses pasárselo bien es fácil. O por lo menos no me cuesta... Las últimas fiestas han sido de esas en las que el reloj no importa porque el tiempo no existe, donde coger el ritmo de una canción "inbailable" pero que te hace mucha gracia es tu única misión de la noche...

En Guada parece que no hace falta planear nada. Las cosas suceden y ya está.
Y así llegó un mercadillo Medieval con olor a crepe de chocolate que me perdí (por compromisos laborales inaplazables...) y las fiestas de Agosto que, entre lluvia y frío, nos juntaron a todas entre el mercadillo (de dos puestos) de libros antiguos y sobeteados, y un maravilloso concierto con posterior macrodiscoteca en la plaza del pueblo.


Bailes desenfrenados y tarareos inventados; y entre canción y canción, apareció ésta que SIEMPRE me provoca una sonrisa y hace que acabe gritándole al espejo como si del peor mal bicho se tratase... porque anima no?


La última fiesta, el jueves en el Riccorda, claro. Con los de Antena. Directa del trabajo y sin ganas de mirar el reloj pasaron las horas entre charletas a gritos (por la musica), bailes de grupo en grupo y canciones totalmente desconocidas que.. por nuevas, se hacían querer...


Se conoce que cuando uno trabaja... aprecia el valor de las noches de fiesta y los ratos libres...



martes, 12 de agosto de 2008

y Septiembre llegó

Rebusco entre los montones de papeles que acumulan polvo encima de mi mesa... y después un rato los encuentro. Apuntes que sabía que, en algún momento, tendría que volver a usar. Y ese momento ha llegado, en concreto esta mañana, en la que cualquier cosa es mejor que enfrentarse a esos papeles ya subrayados...
Como necesito ánimos me pongo The Killers.. y estoy toda la mañana con un tema... de dos hojas.. Bueno, poco a poco! Esto tiene que ser progresivo...no???
pufff....

Lágrimas en verano


Hoy como ayer me despido y ya no miro atrás. Es una catarsis. Algo así como año nuevo; el despertar y por fin dejar lo que en algún momento vino conmigo. Todos los años me encuentro aquí, mirando al cielo, respirando el aire que llena mis pulmones, pidiendo deseos sin parar al llanto de San Lorenzo.


Es mejor que año nuevo. Hoy, sin embargo, miro arriba y me cuesta. No las encuentro, estoy en la ciudad. Pero no importa, porque en la distancia encuentro ese momento. Las veo porque son parte de mi, de mis veranos, de mis noches, de mis encuentros, de las risas y de las fiestas... El puente es sin duda el mejor lugar para verlas. Aunque son tan grandes, tan bonitas, y tan delicadas que duran segundos y se deslizan en el cielo de un lado a otro por delante de tus ojos el tiempo suficiente para que sueñes despierta y creas en la magia de las estrellas.


Maravillas a media hora. Luagres de encuentro y sonrisas. Detalles de un sitio donde lo dificil es no perderse, no sentirse bien.