La de mi habitación. Ninguna otra. No se por qué me encanta ni desde cuando me asomo a ella pero desde aquí puedo ver MADRID, las azoteas, un cruce de caminos, las torres más altas de la ciudad... En primavera hay noches en las que sólo con dejarla abierta puedo oler las flores del jardín. Y no es más que una ventana, pero no me puedo acostar sin abrirla y aspirar el aire que me deja dormir. He estudiado muchos años sin poder evitar mirar por ella (quien sabe si mi "curiosidad periodística" estaba ahí desde pequeña). La vida va pasando y ya no estudio aquí, pero sigo mirando como la ciudad sigue su camino...
Miraré desde otras muchas ventanas en los próximos meses y años, y siempre me acordaré de que desde mi cama, miraba a través de la ventana... que desde mi habitación siempre tuve un lugar desde donde mirar al mundo...desde donde mirar MADRID.