Pasan los meses y llega el verano. A veces hay momentos para recordar.. momentos especialmente destinados a respirar de nuevo viejos olores, o revivir sensaciones que en algún momento te pusieron la piel de gallina.
Desde hace tres años, por estas fechas, me acuerdo de esos días. Días de un verano que lo significó todo para mí. Tiempo de madurar, de cambiar y empezar a vivir el principio de una promesa.
El fin de lo que hasta entonces era mi reducido mundo y su red de protección, y el comienzo de la vida de verdad, de las posibilidades, de la realización personal, de las decisiones, los sinsabores, y la felicidad.
Sensación de libertad después del principio de los retos, la Selectividad. Un verano largo que comenzó en la horrorosa ciudad de Benidorm.. de la que sin embargo guardo el sabor del fin y del comienzo, de la ilusión, del querer.
Días de sol en Cuba, mi amol; y meses de paz en mi reducto de felicidad, Guadarrama.
Porque nunca perdamos nuestros recuerdos y podamos vivir siempre lo vivido. Por el verano de 2005 y la canción que estuvo en mi cabeza esos tres meses...