Necesito cafeína y algo de aire. Después de un nuevo capítulo de Dexter me resisto a vivir otra tarde aburrida de domingo, me visto y me voy. Un par de periódicos, una libreta, el mp3 y La casa de los espíritus. Todavía no conozco ese Starbucks enorme que hace esquina. Cojo el bus y me bajo justo en frente. Mientras me decido entre un Frapuccino de Vainilla y un Caramel Machiatto, me llaman al móvil. Elijo el Caramel, porque está calentito y pega más con el domingo. Justo cuando el chico grita mi nombre me tiro encima de una mesa con sofá que en ese momento se queda libre y hago virguerías para que no me roben el bolso que me guarda el sitio mientras acudo a la llamada y recojo mi café...Ya en mi sitio, un chico y una chica se conocen en la mesa de al lado (el principio del amor) y un par de amigas, portátil incluido pasan a limpio apuntes y se hablan poco. Frente al enorme ventanal (de dos pisos), me pongo música y vuelvo a la historia de la familia Trueba. Un rato después y, como si despertara de un sueño se me acaba la bebida y decido que es hora de marcharme.
Toca visita, antes de volver a casa, a las tiendas de la zona. Ropa de temporada preciosa, que no me puedo comprar. Y entre percha y percha cambio la música por la radio y celebro los goles del eterno rival con grititos ridículos que no evitan que alguien me mire como a una loca. Tarde de cafe, libro, tiendas y fútbol... buena tarde de domingo.
2 comentarios:
"Las tardes solitarias son las mejores tardes".
La verdad es q es un plan de tarde de domingo estupendo!creo q me voy a copiar!
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