Repetimos

Ya están encendidas las luces de navidad, la cola de Doña Manolita da la vuelta a la esquina y en Cortilandia dan los últimos retoques. Y otra vez, irremediablemente, llega el invierno y, claro, la Navidad. No importa lo que pase, que no te apetezca llevar 32 capas de ropa, manoplas y gorro para no congelarte, que sepas que hasta por lo menos abril no empezará a calentar el sol y que por mucho que quieras ahorrar, la cuesta de enero volverá a ser a duras penas superable. No importa porque año tras año repetimos.

Intentando no acordarme mucho del Weihnachtsmarkt de Trier que hizo de las navidades pasadas, quizá, las más especiales, me dejo llevar por el espíritu navideño, las luces, las compras y el frío. Me gustan estas fiestas. Me gusta que, pase lo que pase, haya cosas que no cambien.