Y mira que me cuesta reconocerlo, pero te metes en un "campo de cardos" y te das cuenta de que lo de cardos es literal.
Reconozco que he pasado por varias fases. Antes de empezar a trabajar aquí pensaba que el machismo era evidente en este mundo. Una vez dentro, debe ser porque como eres nueva todo es nuevo y te cuesta fijarte en los detalles, pensaba que no, que las únicas diferencias en cuestión de trabajo las marcaba tu posición en la pirámide de importancia, en la que porsupuesto estoy abajo del todo. Finalmente, y cuando ya todo es rutina, y te empiezas a fijar en cosas ... ahí es cuando te das cuenta de que el machismo existe y, lo peor de todo, sus normas se aplican con total normalidad.
En serio, sienta mejor que no te encarguen hacer tantos trabajos como a tu compañerO (CHICO), ese que tiene está a tu lado en la pirámide, porque no les caigas bien o porque no confíen en ti, que por ser tía. Sinceramente.
Cuando llevas ya varias seguidas empiezas a ver cómo todo podría funcionar mucho mejor con un par de mujeres al frente de tanto cafre, tanto cardo prehistórico apiñado en su asiento. Y no es feminismo, es la cruda realidad.
La caspa rancia, antigua y producida por una amargura de género empieza a caer sobre tí y es entonces cuando piensas que pagarán por esto... porque en el fondo lo que les molesta es tener que trabajar con nosotras.
Es un machismo sutil, residual e inútil. Inútil porque no se dan cuenta de que el problema no es el sexo, sino la competencia. Y nosotras somos más y más competentes. El problema son ellos, su actitud y su mente. Débiles incapaces de adaptarse a un mundo que es tan nuestro como suyo. Se siente.